En la celebración eucarística de este domingo, el P. Pastor Pacsi, Canciller del Arzobispado de Cochabamba, compartió una profunda reflexión inspirada en el Evangelio, invitando a los fieles a redescubrir el sentido auténtico de la Iglesia y de la fe cristiana.
El sacerdote inició recordando el pasaje central del Evangelio: “Llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra; todo será destruido”.
A partir de esta frase, explicó que Jesús no se refería únicamente a la caída del templo de Jerusalén, sino a la necesidad de purificar y renovar la vida espiritual del pueblo hebreo, que había perdido lo esencial: la compasión.
El P. Pacsi señaló que Jesús se presenta como el nuevo Moisés que restaura y dignifica la auténtica relación con Dios, invitando a pasar de una religión basada en estructuras físicas a una Iglesia viva, fundada en las personas.
La Iglesia, una construcción espiritual
En este sentido, afirmó que Jesús inaugura un nuevo modo de entender el templo: “Desde Jesús, la Iglesia ya no es una construcción hecha por manos humanas. La Iglesia está formada por personas: usted y yo somos piedras vivas”.
Recordó también la enseñanza de san Pablo, quien afirmó que los creyentes forman un templo espiritual enraizado en Cristo. Por eso, insistió en que el cristianismo no es una religión del edificio, sino de la vida concreta, donde la fe se expresa en obras.
De la religión perfecta a la acción correcta
En su homilía, el Canciller subrayó que la novedad de Jesús no consiste en proponer “una religión perfecta”, sino una acción correcta: “Tuve sed y no me dieron de beber. Tuve hambre y no me asistieron… Jesús nos muestra que la verdadera fe se verifica en el amor y en el servicio”.
Con firmeza advirtió sobre el riesgo de practicar una religiosidad vacía: “Hay que desconfiar de quien tiene mucho a Dios en los labios y poco a Dios en los actos”.
Frente a ello, invitó a los fieles a asumir una fe comprometida, en la que escuchar la Palabra significa acogerla y vivirla, al estilo del mandato bíblico Shema Israel.
Llamado a la identidad cristiana
El P. Pacsi recordó que los grandes cambios en la historia de la salvación no nacen de los centros de poder, sino de la periferia; así como Jesús, un laico proveniente de Galilea, transformó desde fuera una religión estancada: “Jesús es el gran reformador de la religión hebrea, y nosotros somos sus hijos: miembros de esta Iglesia reformada”.
Finalmente, invitó a toda la comunidad a tomar conciencia de esta identidad: “Los hijos de la Iglesia debemos saber identificar la verdad entre las verdades. Esta Iglesia tiene la Palabra. Escucharla es asumirla, es tomar identidad”.
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