En el marco de la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo y la celebración del Día Nacional del Laico, el Consejo Jurisdiccional de Laicos a través de su Presidenta Wara Vildozo dirigió un emotivo saludo a todos los fieles laicos, reconociendo su servicio y misión en la vida de la Iglesia. El mensaje fue expresado durante la Eucaristía celebrada en la Catedral Metropolitana, ocasión en la que se destacó la identidad y compromiso del laicado en la construcción del Reino de Dios.
El Consejo inició su saludo con un profundo agradecimiento al P. Juan Carlos Molina, Vicario Pastoral de la Arquidiócesis de Cochabamba, a los sacerdotes concelebrantes, religiosas, miembros de la directiva y, de manera especial, a todos los laicos y laicas presentes en esta jornada festiva.
Una celebración providencial en la Solemnidad de Cristo Rey
El Consejo subrayó la especial significancia de que el Día del Laico coincida con la solemnidad que proclama a Cristo como Rey del Universo. “Esta fiesta define nuestra identidad, porque nuestra misión es la extensión de su Reino de justicia, amor y paz en las calles, en las oficinas, en la política, en las familias”, expresaron.
Inspirados por el llamado del Papa Francisco, recordaron que el laicado está llamado a ser una Iglesia en salida, capaz de involucrarse en la realidad concreta del pueblo: “No somos una Iglesia que se queda en la sacristía, sino una que se mancha los zapatos con el barro de la historia para transformar la realidad”.
Un caminar sinodal que ya es una realidad
El Consejo de Laicos destacó que el proceso sinodal no es solo un concepto teórico, sino una experiencia viva en la arquidiócesis: “Ese caminar juntos ya es palpable, gracias al esfuerzo de muchos”.
El representante jurisdiccional expresó su gratitud por la madurez alcanzada en la comprensión de la Iglesia como comunión, agradeciendo especialmente el trabajo comprometido de la actual directiva y sus asesores, quienes han impulsado la presencia del laicado en espacios donde antes no se escuchaba su voz. Como signo de esta apertura, celebraron la participación del delegado de la Vicaría del Chapare en esta jornada.
Unidad con el clero y la vida religiosa
El Consejo celebró el fortalecimiento de los vínculos con los sacerdotes y las comunidades religiosas: “Hemos superado la vieja dialéctica de ‘ellos y nosotros’. Hoy entendemos que somos corresponsables”.
Afirmaron que un laicado maduro no compite con el ministerio ordenado, sino que camina junto a los sacerdotes, respeta su servicio y al mismo tiempo asume con valentía su liderazgo en los ámbitos sociales y civiles. “Esta unidad es el testimonio más potente que podemos dar al mundo”, señalaron.
Mirando al Jubileo de la Esperanza
De cara al Jubileo universal, el Consejo reafirmó su compromiso con el acompañamiento y fortalecimiento de los diferentes movimientos laicales de la arquidiócesis. Recalcaron que la misión del laico es ser luz de las gentes, y que nadie debe esconder esa luz.
Con la mirada puesta en María, Reina de los Apóstoles, animaron a los fieles a decir cada día su propio “hágase” en medio de la vida cotidiana.
Un llamado a transformar el mundo
El saludo concluyó con una invitación entusiasta a renovar el ardor misionero: “Salgamos de aquí con la frente en alto y el corazón ardiendo, porque servimos al Rey de reyes y en su nombre transformaremos el mundo”.
El mensaje cerró con un grito de júbilo: “¡Que viva el laicado católico!”

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