La Infancia, Adolescencia y Familias Misioneras de Cochabamba: una comunidad que evangeliza desde el hogar
Con entusiasmo y profunda fe, el grupo Infancia, Adolescencia y Familias Misioneras de la parroquia San Juan Bautista de Punata continúa fortaleciendo su misión de formar discípulos desde la familia, llevando el mensaje del Evangelio a niños, adolescentes y padres que desean vivir su fe en comunidad.
Esta iniciativa, que nació hace más de 12 años, según señala María Sol Castro Ascarraga - Coordinadora de la Infancia, Adolescencia y Familias Misioneras, en la comunidad de Takachi (Punata), comenzó con apenas siete integrantes y hoy reúne a decenas de familias de distintas zonas del departamento, unidas por el deseo de crecer juntas en la fe y el compromiso misionero.
“La Infancia y Adolescencia Misionera fue el punto de partida. Los niños se formaban, aprendían a orar y a conocer la Biblia. Luego los padres sintieron la necesidad de acompañar ese proceso y así nació el grupo de Familias Misioneras”, compartió María Sol, una de las fundadoras del grupo.Durante la pandemia, la misión no se detuvo. El grupo
implementó un programa de evangelización virtual, transmitido incluso por el
canal 29 de Punata, permitiendo que niños y adolescentes de distintas
localidades —como Tiquipaya, Sacaba, Cercado y San Pedro— participaran en los
encuentros formativos semanales a través de Google Meet.
Actualmente, las Familias Misioneras combinan actividades
virtuales y presenciales, con espacios de formación sobre valores cristianos,
diálogo familiar y comunicación desde el Evangelio, fortaleciendo la unidad y
espiritualidad de los hogares.
Entre sus actividades destacan el Rosario Misionero, las campañas ambientales inspiradas en Laudato Si’, la Pascua del Niño Misionero y la celebración del DOMUND, donde los integrantes renuevan sus compromisos y reciben sus insignias misioneras.
Un signo especial de su espiritualidad es la presencia del Niño Misionero, una imagen que visita cada mes los hogares de las familias del grupo, acompañando sus oraciones y fortaleciendo su fe. “Es hermoso ver cómo el amor por la misión transforma a las familias. Algunos padres que antes no participaban ahora son los más activos. La misión ha unido sus hogares”, añadió María Sol.
Con más de cuatro años de recorrido como familias misioneras y un compromiso cada vez más amplio, este grupo se ha convertido en un ejemplo de cómo la Iglesia puede evangelizar desde la vida cotidiana, fortaleciendo los lazos familiares y comunitarios.
Foto: Facebook IAM - Familias Misioneras - Punata




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