Mons. Oscar Aparicio, Arzobispo de Cochabamba resaltó el día de hoy en su homilía que es posible construir familiar en la santidad y en la justicia, las palabras fueron vertidas en el marco de su homilía en medio de la celebración de votos matrimoniales en la catedral metropolitana de Cochabamba.
Vean que entonces, así como el pueblo de Israel
estaba en pos de todos los otros pueblos, su función fundamental de ustedes es
ser luz, sacramento de salvación. Que viéndoles a ustedes, todos reconozcamos
que es posible ser fieles, es posible construir el amor, es posible construir
familias que van en la santidad y en la justicia, dijo Mons. Aparicio.
…. es posible también ser este signo del amor
apoyados en Dios y en el amor a Dios y a los hermanos, que es posible también
acoger a aquellos que más lo necesitan, es posible rechazar la corrupción, es
posible vivir en justicia, en paz, en amor, en serenidad, es posible construir
una sociedad, una sociedad que sea también reflejo de la vida o de la familia
que es gestada justamente al interno, a la imagen de la familia de Nazaret. Les
deseo por tanto lo mejor, hermanos, aseveró en la celebración de renovación de
votos matrimoniales organizada por la Pastoral familiar del Arzobispado.
Vean cómo se aplica esta palabra. Es una
bendición y es una gracia de Dios que el Señor a todos, a todos nos conceda
este gozo y esta alegría de entrar en esta palabra y que estamos invitados a
ser administradores fieles del Señor, que sea pues de esta manera. Amén.
HOMILÍA DE MONS. OSCAR APARICIO
ARZOBISPO DE
COCHABAMBA
DOMINGO 21 DE
SEPTIEMBRE
Podemos decir qué tiene que ver esta Palabra que
hemos escuchado con lo que hoy queremos celebrar y destacar en nuestra
celebración estas renovaciones matrimoniales y la presencia de muchos de
ustedes, matrimonios que quieren renovar este matrimonio suyo. Alguno puede
decir ciertamente en nuestro itinerario de respuesta a la Palabra de Dios o al
seguimiento a Jesucristo, queriendo ser discípulos misioneros suyos, tiene
ciertamente un sentido profundo, pero probablemente no con nosotros y en
cambio, en cambio hermanos, les invito a mirar esta invitación a la Palabra de
Dios que se ha proclamado también desde aquello que Dios nos propone en nuestro
camino también y en el camino concreto de ustedes de ser signo del amor de Dios
presente en este mundo, es decir, esta unión matrimonial sacramental.
El llamado a la
conversión
Si lo vemos ya desde esa perspectiva, vean que
todo va teniendo mayor sentido. No es que nos hemos esforzado a que sea en este
día justamente estas renovaciones, aunque ciertamente cae justo en este momento
tan particular del inicio de la primavera y la renovación de en este día tan
importante del amor entre nosotros. Si nosotros miramos la Eucaristía, vemos la
Palabra de Dios en la perspectiva siempre positiva, porque en realidad se trata
de aquello, aunque hayan ejemplos o hayan parábolas o hayan acontecimientos que
producen un llamado fuerte a la fe o incluso las advertencias e incluso
aquellas confrontaciones que puede tener Jesús y habla fuertísimo, en realidad
si lo vemos de manera positiva es un llamado siempre a la conversión, es un
llamado a tener atención en lo fundamental, en lo esencial.
Por ejemplo, hemos escuchado el Evangelio. Habla
de este administrador astuto, mal administrador, que de hecho pierde el trabajo
porque el dueño se ha dado cuenta que no está administrando bien los bienes
suyos, se ha estado aprovechando. Este administrador infiel actúa después de
manera astuta, así es destacado incluso por el dueño, dice aprendan de éste que
siendo astuto, siendo aquel que puede después de alguna manera fundamentar lo
que vendrá a su vida, actúa de esta manera.
Entrar en la fidelidad
Hace la comparación con los hijos de las
tinieblas y los hijos de la luz, son más astutos los hijos de las tinieblas
para arreglar sus situaciones. Ustedes sean hijos de la luz, entren también en
esta inteligencia, en mirar lo fundamental y lo esencial. La propuesta
positiva, se dan cuenta que está proponiendo la Palabra en que ustedes, tú, tú,
yo, entremos en esta fidelidad.
Si un matrimonio, un fundamento esencial que
tiene la vida, es la fidelidad, es la fidelidad. Cuántos matrimonios, cuántas
uniones son quebradas por justamente la mala administración, la infidelidad.
Por eso, es un llamado, otra vez, quieren renovar las promesas, sean fieles.
La base fundamental es fiel al amor, se responde
positivamente al amor. Sean astutos, sean inteligentes, respondan para bien,
sean aquellos que basan su vida, incluso sacramental, en este aspecto de la
fidelidad. Sabiendo otra cosa, que no sólo están llamados a ser buenos
administradores, porque se les da esta posibilidad.
Signos del amor
de Dios
¿Quién no tiene una administración? ¿Quién no
tiene una administración? En lo pequeño o en lo grande. A todos se nos da una
misión y a ustedes particularmente se les ha dado una bella y grande misión,
ser los signos, sacramento, sacramento del amor de Dios, para que viéndoles a
ustedes, viendo su fidelidad, puedan convertirse también en signo del amor de
Dios en medio de este mundo, sabiendo que la vida viene de Dios. La unión sí es
sacramental, viene no sólo de un contrato entre dos personas o no solamente el
contrato frente a la sociedad civil y a los vecinos y a los ciudadanos, viene
justamente de un mandato de Dios mismo que a ustedes les proporciona esta
capacidad y esta posibilidad de tener esta unión sacramental.
La vida viene de
Dios
La vida no viene de los bienes, la vida no viene
de lo que podamos poseer o tener, la vida viene de Dios, viene de este amor, de
este profundo modo de ser de Dios en nuestra existencia. La segunda lectura es
bella la carta de Pablo, donde prácticamente señala el cómo habrá que vivir. En
cristiano, si vemos otra vez positivamente esta Palabra, es para invitar a
todos nosotros a renovar ciertamente también este modo de vivir en medio de
este mundo.
Una cosa es hacerlo con amor y otra cosa muy
diferente hacerlo sin amor. Ustedes mismos lo saben, algo completamente
diferente es haber contraído un matrimonio sacramental en el amor a Dios y en
respuesta a alguien, a hacerlo solamente por compromiso o cumplimiento, miento,
cumplo, motivados por este deseo profundo no sólo de vivir en fidelidad sino de
construirse y complementarse con el otro, con la otra. Es posible vivir
sacramentalmente respondiendo al amor y el amor entre nosotros que constituye
después también el fundamento de una familia.
Vivir en la
verdad y vivir en el amor
Queridos hermanos, cuando destacamos hoy su
renovación de promesas matrimoniales, estamos destacando propiamente también lo
fundamental y lo esencial de la familia presente en este mundo. Para que seamos
signo, luz visible en medio de nuestra realidad, de que la gran verdad está
justamente en un Dios que ama, que nos da la vida, en un Dios que ama
profundamente al género humano. No sólo están para signos entre ustedes, es
cierto que un matrimonio está pensándose en el bien de los cónyuges, pero es también,
también y en pos de los demás, también de la construcción de esta familia para
vivir en la fidelidad, el amor, la mutua entrega y ser signo, luz para las
naciones.
Vean qué es decir, ya con su propia vida, con su
modo de ser, es remarcar aquello fundamental en medio de nuestra sociedad, de
vivir en la verdad, de vivir en el amor, de construir la paz, de construir una
sociedad justa y buena. Parece extraño, ¿no es cierto?, porque, a ver, ¿qué
estamos viviendo o cuáles son los signos que nos están acompañando todo este
tiempo? Corrupción, crisis, inmoralidad, guerra, muerte, corrupción, creer que
de esto viene la vida. Están justamente para esto otro, para vivir en
cristiano, para ser luz de las naciones, para ser como el profeta Amós, que
anuncia y denuncia.
Si la primera lectura la vemos también otra vez
en este sentido positivo, no sólo es la llamada de atención a aquellos que no
son buenos administradores, no son fieles, aquellos convencidos que sólo por
sus fuerzas, sólo por sus bienes, sólo por sus riquezas les vendrá la vida y se
equivocan, pero son capaces de pisotear a los demás. Son fuertísimas las
palabras del profeta. A ustedes les digo, escuchen, los que pisotean al
indigente para hacer desaparecer a los pobres del país.
Ustedes dicen, ¿cuándo pasará el novilunio para
que podamos vender el grano y el sábado para dar salida al trigo? Engañaremos a
los demás, disminuiremos la medida, aumentaremos el precio, falsearemos la
balanza para el fraude. Compraremos a los débiles con dinero y al indigente por
un par de santarias. Es lo opuesto del buen administrador.
Es lo opuesto del justo que sigue el camino de
Dios. Es lo opuesto de aquel que se hace pobre y como fundamento único tiene a
Dios y al amor, a la vida. Es aquel que se ha convencido que todo para sí, nada
para los demás, para asegurarse la vida en este mundo.
El Señor lo ha jurado. Por el orgullo de Jacob,
jamás olvidaré ninguna de sus acciones. Y el Salmo decía, alaben al Señor que
alza al puente.
¿Aceptemos esta invitación de parte del Señor?
Entremos en este espíritu, en este modo de vivir nuestro ser cristiano, en el
caso concreto este modo de vivir, su propio matrimonio en pos de la familia y
en pos también del anuncio porque Dios ama al género humano. Esta salvación,
este anuncio positivo, este anuncio del amor, este anuncio de la vida misma
presente aquí es para todos. El Evangelio es y necesita ser anunciado a todo el
mundo, a todo el género humano.
Es posible construir
familias que van en la santidad
Vean que entonces, así como el pueblo de Israel
estaba en pos de todos los otros pueblos, su función fundamental de ustedes es
ser luz, sacramento de salvación. Que viéndoles a ustedes, todos reconozcamos
que es posible ser fieles, es posible construir el amor, es posible construir
familias que van en la santidad y en la justicia, que es posible también ser
este signo del amor apoyados en Dios y en el amor a Dios y a los hermanos, que
es posible también acoger a aquellos que más lo necesitan, es posible rechazar
la corrupción, es posible vivir en justicia, en paz, en amor, en serenidad, es
posible construir una sociedad, una sociedad que sea también reflejo de la vida
o de la familia que es gestada justamente al interno, a la imagen de la familia
de Nazaret. Les deseo por tanto lo mejor, hermanos.
Vean cómo se aplica esta palabra. Es una
bendición y es una gracia de Dios que el Señor a todos, a todos nos conceda
este gozo y esta alegría de entrar en esta palabra y que estamos invitados a
ser administradores fieles del Señor, que sea pues de esta manera. Amén.
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