Mons. Óscar Aparicio llama a una Iglesia vigilante, unida y misionera al concluir la Asamblea de Planificación Pastoral 2025
Con un mensaje lleno de esperanza, compromiso y profunda convocatoria pastoral, el Arzobispo de Cochabamba, Mons. Óscar Aparicio, presidió la Eucaristía de clausura de la Asamblea Arquidiocesana de Planificación Pastoral 2025, celebrada este domingo. En su homilía, el Arzobispo animó a los agentes de pastoral a vivir este nuevo tiempo de Adviento como un camino de vigilancia, de renovación misionera y de comunión eclesial.
Una Iglesia que vive despierta y en misión
Mons. Aparicio recordó que el Adviento inaugura el año litúrgico y renueva en la Iglesia la actitud fundamental de vigilancia ante la venida del Señor. Inspirado en las lecturas del día, subrayó:
“El Evangelio nos dice: estén despiertos, estén prevenidos… No saben el día ni la hora. Esta es la actitud del cristiano que camina en la esperanza”.
El Arzobispo exhortó a vivir la fe con autenticidad, recordando la enseñanza de san Pablo: “La propuesta que nos hace Pablo en la Carta a los Romanos es vivir bien el ser cristiano. Y eso está en total sintonía con lo que hemos vivido y trabajado en esta Asamblea”.
Sintonía entre la Palabra de Dios y las conclusiones de la Asamblea
Mons. Aparicio resaltó que las conclusiones del trabajo pastoral de la jornada reflejan la acción del Espíritu en la Iglesia local:
“El afán de ustedes es el Espíritu que les impulsa. Todo lo que han propuesto no sólo coincide con la Palabra, sino que nace del discernimiento comunitario de nuestra Iglesia en Cochabamba”.
En este sentido, destacó los ejes de acción trabajados durante la Asamblea, que incluyen: acompañamiento a los más vulnerables, formación de líderes laicos, renovación de la catequesis, impulso misionero, atención a la familia, cuidado de la casa común, Pastoral educativa, comunicación evangelizadora y promoción vocacional. Estas prioridades, afirmó, expresan el deseo de consolidar “una Iglesia dinámica, cercana, misericordiosa y capaz de transformar las realidades desde el Evangelio”.
Una Iglesia de comunión: “No somos fábrica de cristianos iguales”
Mons. Aparicio llamó a vivir la corresponsabilidad en la misión, recordando que la Iglesia es un cuerpo diverso movido por un mismo Espíritu:
“Somos tan diferentes… aquí hay 200 cabezas y ninguna piensa igual. No somos fábrica de chorizos para que todos salgan igualitos. Pero sí podemos vivir la unidad en un mismo Espíritu, porque sólo así seremos creíbles.”
Pidió renovar la disponibilidad al servicio, fomentar la formación continua y asumir la evangelización como tarea compartida entre sacerdotes, religiosos y laicos:
“La Iglesia no son sólo los curas o las religiosas; la Iglesia somos todos. Todos debemos formarnos, todos debemos caminar juntos.”
Discípulos y apóstoles en salida
El Arzobispo definió la identidad del agente pastoral: “Me gusta decir que somos discípulos eternamente… y apóstoles enviados. Esa es nuestra misión: acompañar, consolar, anunciar y construir esperanza.”
Recordó especialmente el compromiso con los pobres, los enfermos, los migrantes y las familias que sufren, destacando la urgencia de un servicio pastoral con rostro humano y misericordioso.
Un llamado final a vivir lo trabajado
Mons. Aparicio concluyó invitando a que las conclusiones de la Asamblea no queden en el papel: “Que cada agente pastoral convierta este compromiso en vida, y lo traduzca en acciones concretas que reflejen el rostro cercano de Cristo. Sólo así construiremos comunidades más unidas, más solidarias y más fieles al Evangelio.”
Con esta Eucaristía se dio por concluida la Asamblea de Planificación Pastoral 2025, marcando el inicio de un nuevo ciclo de trabajo misionero y comunitario para toda la Iglesia cochabambina.
Comentarios
Publicar un comentario