SE CELEBRÓ LA XXXIII JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO

 


… Por eso creo que de verdad es bello también pensar en muchas de ustedes, mujeres que atienden en este servicio, en los hospitales, en los lechos de enfermos, en los lugares más a lo mejor también de tanto dolor, pero que representan otra vez siempre a María. Es la Iglesia presente, nuestra Señora de la Inmaculada Concepción o nuestra Señora de Lourdes, que en realidad está presente en nuestra vida, de esta manera Mons. Oscar Aparicio se refirió a las voluntarias de la Pastoral de salud, que hoy participaron de una Eucaristía con motivo de celebrara la XXIII Jornada Mundial del Enfermo.

Vean que la vocación es un llamado fuerte a la conversión, a tener la atención hacia los más necesitados, pero se necesita en primer lugar, en primer lugar, se necesita tener esta conversión, estar dispuestos a ceder, dispuestos a dejar otras cosas, dispuestos a tener atención en lo prioritario, en lo fundamental, tener el servicio y el tiempo necesario para que justamente aparezca este amor de Dios, la misericordia, el perdón de Dios. Pero para eso necesitamos experimentar aquello. Por eso he llamado a la conversión, está impregnada también de este servicio fundamental, destacó el Arzobispo.

Que su apostolado, su servicio sea así, con este entusiasmo, con esta pasión, con esta generosidad de la misma Virgen María, aquella que dice sí a la obra de Dios. Porque se está haciendo definitivamente esto. Se abre o se hace la obra de Dios en medio de un pueblo sufriente, de un pueblo con falta de salud, de un pueblo necesitado. Y lo que anunciamos, por tanto, es a María, es a Jesús. Lo que anunciamos es el reino de Dios presente en este mundo. Lo que anunciamos, podríamos decir hoy, la esperanza también, la feliz espera de estos hermanos puntualizó.



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