En la fiesta de la Asunción de la Virgen María: Que la presencia del Espíritu Santo avive nuestra esperanza
La presencia abundante de la gracia del Espíritu Santo nos tiene que avivar en la esperanza porque cuando hay ausencia del espíritu sentimos que la vida ya no tiene sentido cuando hay una ausencia del espíritu pensamos que el mundo se está acabando frente a las dificultades o adversidades que encontramos en el camino, estas fueron las palabras de Mons. Iván Vargas durante la alocución de su homilía en la misa celebrada en el Santuario de Urcupiña.
Ante un templo lleno de fieles devotos, Mons.
Iván Vargas, obispo Auxiliar de Cochabamba y Rector del Santuario dijo: Queridos
hermanos pongámonos a pensar en este momento ¿Qué es lo que más te desanima en
este momento? ¿Qué es lo que está provocando a que sientas una ausencia de
Dios? ¿Qué dificultad en este momento te hace sentir abandonado o abandonada
por Dios? Cada uno de nosotros en nuestra historia personal tenemos
dificultades tenemos problemas y vamos a decirlo con todo respeto la situación
económica la crisis económica que en este momento estamos pasando, es una de
las peores humillaciones humanas que podemos estar viviendo, es una humillación
humana y que esta situación también de alguna manera afecta en la vida familiar
en la vida laboral y nos sentimos desechos nos sentimos mal, dijo
Mons. Iván Vargas resaltó que es importante,
que no quitemos la mirada llenos de esperanza, que no quitemos nuestra mirada
en María y decir como ella: Proclama mi alma la grandeza del Señor una alabanza
a Dios que a pesar de las dificultades que podamos estar viviendo no podemos
dejar de alabar a Dios, que a pesar de las adversidades que estamos viviendo no
podemos desconocer el gran amor de Dios en nosotros, por la vida que nos concede.
HOMILÍA DE MONS. IVAN VARGAS
OBISPO AUXILIAR DE COCHABAMBA
RECTOR DEL SANTUARIO DE URCUPIÑA
Saludos queridos hermanos y hermanas, quiero
reiterarles mis saludos a cada uno de ustedes que ha tenido esa posibilidad de
llegar con muchos sacrificios hasta este santuario de nuestra madre la virgen
María de Urcupiña. Saludamos también aquellos hermanos que por distintas
circunstancias motivos de salud, motivos económicos, distancia, etcétera, no
pueden llegar hasta este Santuario, y nos están siguiendo a través de las redes
sociales del Santuario. Entonces a quien nos siguen a través de estos medios,
estas redes sociales, también les saludamos desde el santuario de nuestra madre
la virgen María de Urcupiña, y les decimos, reciban bendición para obtener la
salud del alma y la salud del cuerpo.
Renovar nuestra fe
¿Cuántos de nosotros cuando veníamos a este
lugar hemos soñado con este momento? Hemos soñado con este momento de
encontrarnos con la Madre. Ha habido algo bello que nos ha impulsado que nos ha
motivado de poder llegar hasta aquí y tener esta experiencia tan bonita de
estar a los pies de la madre del salvador estar ahí junto a ella es
prácticamente una experiencia espiritual muy fuerte que cada uno de nosotros
estamos experimentando pero también es una experiencia espiritual que nos ayuda
a renovarnos en la fe, a renovarnos en la esperanza, y a renovarnos en el amor.
Hoy, en todo el mundo, en toda la iglesia universal, celebramos la Asunción de
María a los cielos.
La Asunción de María
a los cielos
María, como dice el dogma, sube en cuerpo y
alma a los cielos. Es asunta. María, ayudada por los ángeles, dice, sube a los
cielos en cuerpo y alma.
Y justamente la promulgación de ese dogma de
la asunción de María, este año cumple setenta y cinco años, porque el papa Pío
doce en mil novecientos cincuenta, había promulgado este dogma, que es una
verdad de fe. En un tiempo donde se perdió la esperanza, en un tiempo donde el
hombre había perdido totalmente el sentido de la vida, en un tiempo donde el
hombre luchaba por las cosas materiales, y había perdido totalmente la
esperanza, ya que este dogma, el dogma
de la asunción de María, es un llamado a la esperanza, es un llamado a la
aspiración que cada uno de nosotros tenemos, ¿A qué aspiramos cada uno de
nosotros? A no morir para siempre, ¿No? No queremos la muerte eterna, queremos
la vida eterna, y al igual que María, queremos también como ella compartir de
la gloria de Dios, estar en la gloria de Dios. Entonces, María sube a los
cielos para estar en la gloria de Dios, para estar en la presencia de Dios, y a
eso también estamos llamados nosotros hermanos con mucha esperanza de participar
de la gloria eterna del padre.
Fiesta de la Asunción
de la Virgen, un llamado a la esperanza
Por eso es que cada uno de nosotros nos
esforzamos, nos esforzamos en ser cada día mejores, nos esforzamos cada día en
expresar nuestra bondad, en expresar nuestro amor, en expresar nuestro respeto
a la vida, y sobre todo expresar nuestro respeto a la dignidad humana.
Entonces, esta fiesta de la asunción es un llamado a la esperanza, por eso la
decimos también a nuestra madre, peregrina de la esperanza, peregrina de la
esperanza, y eso lo podemos constatar en este libro o en este evangelio que
hemos proclamado, el evangelio de San Lucas. ¿Y cómo inicia este evangelio?
Dice, María partió, sin demora, María corrió con prontitud, María aceleró el
paso, corrió, ¿Ya? Corrió, dice, por el camino hacia la montaña, a la montaña
de Judá.
Este camino que María ha hecho, de haber
corrido hasta la montaña, a la casa de su padre, María cuando corría, cuando
caminaba por ese camino de la vida, María no estaba sola, María no estaba sola,
estaba llena del Espíritu Santo María estaba llena del Espíritu Santo, por eso
María no perdió la alegría en el camino, por eso María no perdió la esperanza
en el camino, por eso María no perdió las ganas de vivir en el camino, sino que
más bien, por la gracia del Espíritu Santo, ella iba alabando a Dios, ella iba
reconociendo toda la obra grande que Dios estaba haciendo en su vida. Ella
agradecía también por la mirada de Dios, se sintió mirada por Dios, se sintió
elegida por Dios. Entonces, queridos hermanos, esto es lo que hace el Espíritu
Santo también en nosotros.
No nos sintamos
abandonados por Dios
El Espíritu Santo que hemos recibido en el
bautismo, el Espíritu Santo que hemos recibido en el sacramento de la
confirmación. Este Espíritu Santo que también cada uno de nosotros como
cristianos hemos recibido; por eso en ningún momento queridos hermanos
podemos sentirnos abandonados por Dios en ningún momento podemos sentirnos
huérfanos de Dios porque es la presencia de Dios que se manifiesta en nosotros
a través del Espíritu Santo y la presencia abundante del Espíritu Santo.
La presencia del Espíritu Santo
La presencia abundante de la gracia del
Espíritu Santo nos tiene que avivar en la esperanza porque cuando hay ausencia
del espíritu sentimos que la vida ya no tiene sentido cuando hay una ausencia
del espíritu pensamos que el mundo se está acabando frente a las dificultades o
adversidades que encontramos en el camino cuántas personas hemos visto
totalmente totalmente desmoronadas totalmente desechas sin ganas de vivir en
este tiempo de confesión que hemos tenido en la quincena y las confesiones
también que hemos tenido durante la fiesta es como un termómetro para nosotros
los sacerdotes para saber cómo está la vida de las personas y en estas
confesiones se escuchaba esto, me quiero quitar la vida porque mi vida ya no
tiene sentido, mi vida se ha terminado, tengo esta enfermedad, un motivo, tengo
esta dificultad amorosa, otro motivo, tengo este problema familiar, otro motivo,
tengo este problema económico, otro motivo, entonces hay motivos que nos
desalientan hay motivos que nos hacen perder el sentido de la vida pero si
estos motivos que tenemos para tomar drásticas decisiones es porque hay una
ausencia del espíritu hay una ausencia de Dios pero quien tiene la fuerza del
espíritu como María lo tenía en su vida por eso María en ningún momento se ha
desanimado con la fuerza del espíritu ella ha sido capaz de huir a Egipto y
salvar la vida de su hijo con la fuerza del espíritu ha podido caminar en el
camino de la cruz el viacrucis y no se ha desanimado con la fuerza del espíritu
ha podido estar al pie de la cruz viendo como su hijo va agonizando y va
muriendo. Entonces la llena de gracia: María cuando camina por el camino de la
vida está llena del espíritu, ese espíritu que fortalece, ese espíritu que da
vida, ese espíritu que nos alienta, ese espíritu que nos ayuda a reconocer que
no estamos huérfanos de Dios, sino que sentimos la presencia divina de un Padre
que nos ama, de un Padre misericordioso.
No quitemos nuestra mirada de María
Queridos hermanos pongámonos a pensar en este
momento ¿Qué es lo que más te desanima en este momento? ¿Qué es lo que está
provocando a que sientas una ausencia de Dios? ¿Qué dificultad en este momento
te hace sentir abandonado o abandonada por Dios? Cada uno de nosotros en
nuestra historia personal tenemos dificultades tenemos problemas y vamos a
decirlo con todo respeto la situación económica la crisis económica que en este
momento estamos pasando, es una de las peores humillaciones humanas que podemos
estar viviendo, es una humillación humana y que esta situación también de
alguna manera afecta en la vida familiar en la vida laboral y nos sentimos
desechos nos sentimos mal pero es importante, que no quitemos la mirada llenos
de esperanza, que no quitemos nuestra mirada en María y decir como ella: Proclama
mi alma la grandeza del Señor una alabanza a Dios que a pesar de las
dificultades que podamos estar viviendo no podemos dejar de alabar a Dios, que
a pesar de las adversidades que estamos viviendo no podemos desconocer el gran
amor de Dios en nosotros, por la vida
que nos concede.
Hace un momento les decía bendito sean cada
uno de ustedes que han podido llegar hasta este Santuario, pero hay otros
hermanos que se han quedado en casa imposibilitados de este regalo,
imposibilitados de poder tener esta experiencia por alguna discapacidad. Pero
miren cada uno de nosotros si nos fijamos, somos íntegros podemos ver, podemos escuchar, podemos caminar, podemos
estar parados, miren aquí adelante, parados más de media hora y todo esto es
gracia de Dios todo esto es la bondad de Dios.
Entrar en el espíritu de María
Por eso es importante entrar en el espíritu de
María y al igual que ella decía mi alma proclama la grandeza del Señor porque
se ha fijado en la sencillez de su servidora, de su servidor, se ha fijado en
nosotros por eso estamos con vida, por eso estamos con esta fuerza por eso
estamos con este aliento porque se ha fijado en nosotros porque grande es el
amor de Dios, grande es la misericordia de Dios que nos hace este gran regalo
de concedernos la vida y solamente podemos ser agradecidos y solamente podemos
valorar esto desde la experiencia de la vida, desde estos detalles que muchas veces pasan
desapercibidos, pasan desapercibidos.
¿Quién
le dice en la mañana? Gracias Dios mío mira he podido abrir mis ojos puedo ver
el día gracias Dios mío me he puesto de pie puedo caminar gracias Dios mío
puedo integrarme a mi trabajo nos falta reconocer este gran amor de Dios y
María nos invita a esto por eso la llena de gracia, la llena de gracia, la llena del Espíritu de Dios agradece y dice
mi alma proclama la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi
salvador.
Qué bello mi espíritu se alegra en Dios mi
salvador ¿Qué nos dice esto? Que María a pesar de ser la madre del salvador,
María también era una necesitada de Dios una necesitada de la salvación de su
hijo; qué bello tener esta necesidad de
Dios qué bello tener esta necesidad de la salvación esta necesidad de la
salvación que nos ayuda a nosotros, hermanos, a no perder la esperanza, a no
perder la alegría.
Queridos hermanos que mamita de Urcupiña
bendiga nuestras vidas que mamita de Urcupiña atienda cada una de las
necesidades que tenemos las necesidades que tenemos no son iguales, no son
iguales, somos distintos, ese es el gran poder de Dios que nos ha hecho
distintos. Pero estas necesidades personales hermanos hoy las ponemos en las
manos de María, estas necesidades estos deseos estas súplicas que hemos traído
cada uno de nosotros ante nuestra Madre.
Ahora les pido vamos a hacer un ratito de
ejercicios; cerramos nuestros ojos y en este momento pensamos traemos a nuestra
mente nuestra historia personal ¿Quiénes somos? y en este momento ¿Cómo estamos
viviendo? ¿Cómo estamos viviendo? ¿Cómo estoy en la relación con mi familia?
¿Cómo está la relación en mi hogar? Ayudo aporto a que mi familia sea feliz o
soy una piedra un obstáculo para que mi familia que mi familia sea feliz y mi
familia se desintegre con tanta facilidad por la soberbia por el orgullo y la
prepotencia destruimos familias ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo? Para
fortalecer mi hogar para fortalecer mi familia para fortalecer mi hogar para
lograr que mi familia sea unida ¿Qué estoy haciendo yo? ¿Cómo estoy aportando?

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