Mons. Oscar Aparicio, Arzobispo de Cochabamba
dirigió una carta pastoral a todas las familias cochabambinas en ocasión del
Día internacional de la familia, en la misma el prelado convoca a todas las
familias a ser signo vivo del amor de Dios, un amor que acompaña, que perdona y
que construye puentes.
El 15 de mayo se celebra el Día Internacional
de la Familia, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1993 para promover el conocimiento y la reflexión sobre la
importancia de la familia como unidad básica de la sociedad. En Bolivia, como
en muchos otros países, este día se utiliza para destacar la importancia de la
familia en la educación, el desarrollo social y económico, y para fomentar la
unión y el apoyo mutuo entre sus miembros.
Como Arquidiócesis de Cochabamba, mediante la
Pastoral Familiar se ha organizado una celebración eucarística los días 12 y 14
de mayo, posteriormente una Charla y el día viernes 16 una misa de sanación
para las Familias que se llevará a cabo en el Centro San martín de Porres a las
18:30.
Carta
Pastoral con motivo del Día Internacional de la Familia
Queridas familias cochabambinas:
En este 15 de mayo, Día Internacional de la
Familia, elevo mi voz con gratitud y esperanza para dirigirme a cada uno de
ustedes. En cada hogar cochabambino habita una historia de fe, amor y
perseverancia, por la cual damos gracias a Dios. Nos encontramos en un tiempo
de gracia especial: el Año Jubilar 2025, que vivimos bajo el lema
"Peregrinos de esperanza". En este contexto, la familia se presenta
como el primer lugar donde se siembra y cultiva esa esperanza. Allí, en medio
de las alegrías y los desafíos de la vida cotidiana, se aprende a confiar, a
esperar y a caminar juntos como pueblo de Dios.
El Papa Francisco nos enseña que "la familia
es el primer lugar donde se aprende a practicar la misericordia" (Amoris
Laetitia, 107). En este camino jubilar, cada familia está llamada a ser signo
vivo del amor de Dios: un amor que perdona, que acompaña, que construye puentes
y siembra futuro.
Como dice la Palabra de Dios: "Por encima
de todo, revístanse del amor, que es el vínculo perfecto" (Colosenses
3,14). Ese amor debe manifestarse en gestos sencillos y profundos: el perdón
ofrecido, la escucha atenta, el servicio mutuo, la oración compartida, el
cuidado por los más débiles del hogar.
Queridas familias, no están solas. Como
Iglesia, caminamos con ustedes. Son ustedes el corazón de nuestra sociedad y el
rostro visible de una Iglesia viva que peregrina con esperanza. Les invito a
vivir este año Santo como una oportunidad para renovar la fe, sanar heridas y
proyectar el futuro con confianza en Dios.
Que el Señor bendiga con abundancia a todas
las familias de nuestra querida Cochabamba, especialmente a aquellas que
atraviesan pruebas, dificultades económicas o crisis familiares. Que María,
Madre de la Familia y Estrella de la Esperanza, las acompañe en cada paso de su
peregrinar.
Con afecto pastoral y mi bendición,
Mons. Oscar/Aparicio Céspedes
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