Aquellos que gozan de la paz, gozan de Jesucristo, explicó Mons. Oscar Aparicio, Arzobispo de Cochabamba durante su homilía dominical… Si hemos entrado en la misión, así acepten o no acepten, la paz reposa en nuestro corazón. Una característica fundamental de aquellos que gozan de la paz, que gozan de Jesucristo, es la alegría, el gozo, dijo.
Así las adversidades hayan venido, así la crisis nos quiera matar, así los miedos nos hagan temblar. La alegría y el gozo de esta paz presente es fundamental, señaló el prelado al referirse a las lecturas del día domingo 6 de Julio.
HOMILÍA DE MONS. OSCAR APARICIO
ARZOBISPO DE COCHABAMBA
Si nosotros hemos escuchado muy atentamente la
primera lectura, donde el profeta Isaías hace un anuncio Dios es aquel que
cuida de su pueblo, Dios es al que le interesa lo que le pasa a su pueblo.
Prácticamente si se asoma Él a la realidad humana es para poder restaurar
aquello que se necesita que se restaure.
Esperen en Dios que trae la justicia, la paz, el amor.
El fruto por eso prácticamente de esta
restauración será el gozar de la paz, de la justicia, del amor. ¿Qué es lo que
se está esperando, digamos así, o que esperaba el Reino de Dios? O ese anuncio
que le dice el profeta no tengan miedo, tengan calma, porque lo que viene es
realmente bueno. Esperen en Dios que trae la justicia, la paz, el amor.
Y es lo que de alguna manera reconoce también el salmista, aclame al Señor toda la tierra. ¿Por qué hay que alabarlo a Dios? ¿Por qué hay que aclamarlo a él? Porque hay que reconocer la obra suya que viene y restaura. Que viene no sólo a tener misericordia, amor y perdón, sino viene también a restaurar al género humano.
Esta es la experiencia fundamental de él. Lo que importa, real y verdaderamente, es que podemos ser una nueva creación. Vean que hablaba en la primera lectura de la Restauración.
Esto hoy habla de lo fundamental, de recibir esta posibilidad de ser nueva creación. Podríamos incluso añadir, en esta situación sabemos que un 6 de julio la madre Nazaria Ignacia retorna a la casa del Padre, por eso hoy es tan importante que se celebra justamente el que después ha sido canonizada y una evangelizadora, una anunciadora del reino de Dios, una que ha habitado entre nosotros. Si es santa, reconocida como santa aquí en Bolivia y ha dado también el nacimiento de una congregación que se extiende por todos los continentes, significa que ha anunciado también y tiene experiencia de un Dios que está presente en este reino, pero no lejano, sino más bien acá, en nuestra tierra, en este lugar.
Que los testimonios nos animen a seguir el impulso de Dios
El Señor dice, designa a otros 72 que vayan para anunciar aquello de la buena noticia, donde Él iba a ir, que lo precedan y los nombra 72, diferente o junto a los 12. Vean que este número es fundamentalmente importante. Hemos dicho el número 12 significa la totalidad de Israel, la totalidad de los anunciadores, es la totalidad de aquellos que hacen presente a Jesucristo nuestro Señor.
Jesús llama a otros 72, que significa entonces que son 12 por el múltiplo de 6. ¿Para qué? Para que todos estos vayan en la totalidad del mundo. No solamente ha recibido Israel este anuncio, sino que lo hagan conocer a la totalidad del mundo entero. La cosecha es abundante, los obreros pocos.
Sin embargo, es fundamental que cumplan su misión. ¿Cuáles son las características de estos? Primero, que son enviados. No van en nombre propio, no van en nombre propio.
Y si van apoyados sólo y únicamente de la palabra de Dios, prevenidos en que no será fácil la misión. Sin embargo, han sido llamados por Dios, escogidos por Él, para que vayan y anuncien el Evangelio. Son llamados y enviados.Perseveren en la oración, deben orar continuamente. Si entran a una casa, ¿qué es lo primero que deben decir? Es bellísimo lo que es el anuncio. Que descienda la paz sobre esta casa.
Hemos hablado tantas veces ya de qué consiste la paz. No es sólo la ausencia de guerra, o la vacación eterna. Que nadie me moleste, que nadie diga nada.
La paz es esta presencia serena de Jesús en el corazón. Esta certeza y esta esperanza que guardamos de que de verdad el Señor está con nosotros. Se preocupa, camina junto a nosotros.
El portador de la buena noticia, es el que lleva a Jesucristo en el
corazón
Si hay alguien que no es digno de esta paz, no
la recibirá. Hermanos míos, una condición clara es que el que anuncia, el que
es el portador de la buena noticia, es el que lleva a Jesucristo en el corazón
y lo da a conocer a los demás, eso es justamente importantísimo. Pero hay la
libertad también de refutarlo, de no aceptar.
Que el reino de Dios no esté presente, ni en tu corazón, ni en tu casa, ni en tu ciudad. Por eso después dice, si no les reciben, si no les reciben, ustedes vayan a las plazas, sacúdanse hasta el polvo de sus pies, diciendo, no somos responsables de aquello. Sin embargo, sepan que el reino de Dios está cerca.
Son libres, sin embargo nos toca también llamar a la conversión, para que sean partícipes de esta paz, de esta presencia de Dios, del reino aquí en este mundo, del espíritu del resucitado, crucificado pero resucitado. No se trata de hacer solo el bien en este mundo, se trata propiamente de ser nueva criatura. Que nuestra voz se levante, así como estos 72, se levante también desde esta catedral a las naciones, a las autoridades, a los poderosos de este lugar, para que digamos la paz del reino.
Y sepas que de todos modos, aunque refutas, el reino de Dios se te acerca, el reino de Dios está presente, el reino de Dios viene en auxilio tuyo. Conviértete, así que podríamos decir. Acepta esta paz, acepta este espíritu del Señor, acepta la preocupación de los demás, acepta los desafíos de gobernar en la paz, en la justicia, en el amor.
Acepta. Les aseguro, dice a sus discípulos, que en aquel día Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad. Sodoma había negado esta conversión, prefería seguir en el pecado.
Así las adversidades hayan venido, así la crisis nos quiera matar, así los miedos nos hagan temblar. La alegría y el gozo de esta paz presente es fundamental. Ustedes vean en su experiencia y veamos en la experiencia de otros.
Hay gente que no puede vivir en paz porque no ha sido capaz de reconciliarse. Hay gente que no vive en paz porque no es capaz de perdonar y se lleva el resentimiento para siempre. Hay gente que no tiene la paz porque solo vive de envidia. Hay gente que no vive en paz porque anda peleado de todos o con todos. O hay gente que no vive en paz porque hace la guerra. Hay gente que no vive en paz porque cree que el dinero es lo máximo y ha pisoteado a todos los demás.
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