Sabemos que estamos, en nuestra iglesia de Cochabamba en un tiempo de Sínodo. ¿Qué es esto? Sínodo significa caminar juntos. Es este momento, este espacio de tiempo en nuestra iglesia en Cochabamba en que en este caminar juntos queremos fortalecernos en nuestro trabajo pastoral, renovar muchas de nuestras estructuras, darles un nuevo sentido a nuestras obras de la iglesia y sobre todo acercar a la fe a quienes se han apartado de ella.
Desde el año 2023 estamos viviendo este tiempo
especial a través de reuniones en parroquias, en reuniones con las vicarías.
Hemos estado realizando distintas actividades para conocer primero cómo está
nuestra iglesia, para saber después qué debemos hacer, qué iglesia espera
nuestra sociedad y por supuesto después para planificar esas acciones concretas
que ayuden al crecimiento, al fortalecimiento de nuestra iglesia en Cochabamba.
No es tarea fácil porque requiere al menos de tres cosas.
La primera, nuevamente considerar que nuestra
iglesia es ante todo comunitaria. La fe, a pesar de ser una respuesta personal
a Dios, sin embargo, se la vive en comunidad. No puede haber cristianos
solitarios o grupos que trabajan al margen de lo que es la pastoral de la Iglesia.
Esto indicaría una Iglesia desunida y por lo
tanto una Iglesia débil y por tanto lo primero es volver a considerar la
comunidad cristiana como el lugar más propicio para vivir nuestra fe. Eso
requiere de nosotros también un cambio de mentalidad. Todos sabemos que nos
hemos enfocado mucho en las tradiciones, en las costumbres, en cosas que
realizábamos antes y que para esos tiempos tenían mucho provecho, mucho fruto,
pero lastimosamente ahora esas acciones ya no rinden el fruto que nosotros quisiéramos
y por tanto tenemos que adecuarnos al tiempo presente, tenemos que idear nuevas
formas de acercarnos, por ejemplo, a los jóvenes, a las familias que están cada
vez más alejados de Dios.
Entonces hay que considerar un cambio de
mentalidad, no podemos anclarnos en las cosas del pasado. Y la tercera cosa es
la conversión pastoral, es decir ese cambio de mentalidad nos tiene que llevar
a crear nuevas formas de pastoral en nuestra iglesia, que acerquen más a los
hermanos que se han apartado, que nos hagan sentir más iglesia, más hermanos
unos de otros, que nos ayude a descubrir las necesidades de nuestros hermanos,
aquellas que tal vez por el paso de los años, los afanes de cada día no los
hemos considerado. Dentro de esa conversión pastoral está por supuesto el ver
cómo vivimos nuestra fe en los grandes acontecimientos, por ejemplo, en la
Navidad, en la Semana Santa, en nuestras fiestas patronales, las cuales muchas
de ellas se han teñido más de cosas humanas que de cosas de Dios, entradas
folclóricas, borrachera, muchos signos que están en contra de nuestra fe,
supersticiones, pues esto tenemos que cambiar y para eso es necesaria una
conversión pastoral.
P. Juan Carlos Molina: Homilía, 12 de
Noviembre del 2024
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