Cuando hablamos de Dios, siempre hablamos de
un padre que muchas veces no lo vemos, no lo vemos. Cuando hablamos de
Jesucristo, ciertamente el Dios que se ha hecho visible. Sin embargo, puede
todavía para nosotros quedar un poco distante el sentido de que permanece
también siendo Dios. En cambio, cuando hablamos de María, hablamos de una de
nosotros, de nuestra raza, de nuestra condición. Quiere decir entonces que se abre
para nosotros esta posibilidad y este dinerario de fe en nuestra vida, en
nuestro seguimiento al Señor. Y por tanto, ser considerados de aquellos que
también hacen la voluntad de Dios, hacen la voluntad del Padre de Jesús, a lo
que nosotros también estamos llamados por esta filiación divina, de esta manera
se refirió Mons. Oscar Aparicio a la virgen María durante su homilía
pronunciada en la Catedral metropolitana hoy 24 de septiembre.
Queremos tomar haciendo hermanos y hermanos.
El evangelio de hoy de Lucas, que es muy breve, anuncia creo aquello
fundamental de la presencia de Jesús en medio nuestro, nacido de mujer, nacido
de María. Alguien que se ha venido es por el sí, justamente de María.
Mi padre, mi madre, mis hermanos son aquellos
que cumplen la palabra de Dios, la palabra de mi padre, la voluntad de Él. Por
tanto, no se trata absolutamente de un decir y poner aparte a María, sino más
bien resaltar el hecho que como María, igual que los demás, también los
discípulos o aquellos otros que pueden querer hacer este camino, este dinerario
de fe y hacer la voluntad de Dios, se esfuerzan por aquello. Estar en este
camino de santidad son aquellos elegidos o llamados o considerados partes de la
familia del mismo Señor Jesús, dijo.
Vean, por tanto, yo creo que el mensaje es muy
bello de la Virgen María entre nosotros, nuestra Señora de las Mercedes, en
esta advocación y para nosotros. Aquí en Cochabamba tiene una importancia muy
fuerte esta advocación. Es la imagen de la mamita, la Virgen María. Es la
imagen de nuestra Señora de la Mercedes que nos acompaña incluso en todos
aquellos esfuerzos de libertad, de justicia, de paz. Y por tanto, creo que a
todos nos invita también entrar en esta misma sintonía, en este espíritu, en
estos trabajos que podamos nosotros tener estos ministerios, diríamos así, que
se nos está encomendando. Por otro lado, creo que es bello el celebrar estos 198
años de ustedes del Colegio Sucre, con este motivo y este espíritu. Es cierto
de dar gracias a Dios, pero también dispuestos a nuestra historia y nuestra
vida, poder ser de aquellos que también hacen la voluntad del Padre de Jesús.
Al mismo estilo de la Virgen María, bella la coincidencia que en un día como
hoy, 24 de septiembre, se celebra este aniversario. En este día en que se
celebra la festividad de nuestra Señora de la Mercedes, explicó refiriéndose a
la Fiesta de la Virgen de la Merced que se celebra hoy.
Vean qué intimidad, por tanto, en la vida de
ustedes y del Colegio de este aniversario, con la Virgen María. Demos gracias,
por tanto, a Dios, por la vida de ustedes, por la vida de los que quieren
seguir al Señor, por nuestra mamita, la Virgen María, que nos acompaña. Demos
gracias a Dios por Jesús presente en medio nuestro, que es propiamente la clave
absolutamente de todo por nuestro Maestro y Señor que nosotros queremos
seguirles.
Les invito, pues, entonces, a que, celebrando
todavía la Eucaristía, tengamos presente todos estos aspectos que se nos
anuncian y presentar sobre todo este corazón agradecido a un Dios que nos
acompaña, subrayó refiriéndose a los 198 años de aniversario del Colegio Sucre
de Cochabamba, quienes participaron de la eucaristía, alumnos y todo el plantel
docente para dar gracias a Dios por el aniversario.
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