Al medio día de hoy martes 29 de abril se celebró una eucaristía por los 9 días del fallecimiento de nuestro Santo padre Francisco, durante la alocución de la homilía, Mons. Oscar Aparicio, Arzobispo de Cochabamba resaltó que en el Papa Francisco se ha cumplido también esta palabra. Un creyente, un discípulo del Señor, se ha hablado mucho del Papa Francisco, yo no he escuchado ni he leído en ningún lugar que hablen del Papa creyente, del discípulo creyente, el seguidor de Jesús creyente, el bautizado creyente, el bautizado parte de esta asamblea cristiana, parte de la iglesia, que propiamente vive total y auténticamente su seguimiento al Señor, cree en el Señor, cree en el Espíritu. Por eso, cuando escuchamos en el Evangelio que le dice a Nicodemo Jesús, te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto.
ARZOBISPO DE COCHABAMBA
Jesús nos da participación en su resurrección
Por tanto, este sentido profundo de una vida eterna a la que estamos llamados los seres humanos y porque es Jesús que nos salva, que nos da la participación en su resurrección, que nos permite vivir esto. Somos de aquellos que peregrinamos en este mundo, sin embargo, somos también peregrinos hacia la gloria de Dios, hacia la patria celestial. Nuestro fin no es una tumba.
Creo que se ha dicho ya tanto, se ha hablado tanto, se ha remarcado tanto. Por eso yo no quiero de ningún modo repetir todas aquellas cuestiones que ya están dichas y resaltadas, pero sí quisiera apoyarme en la palabra de Dios de hoy, que no hemos elegido ninguna lectura a propósito del noveno día, sino más bien lo que tocaba hoy en este contexto de la Pascua del Señor. Y son rasgos de alguna manera también cumplidos en la vida del Papa Francisco.
Yo diría que la palabra de Dios habla por sí misma y habla de su siervo el Papa Francisco. Si hemos escuchado atentamente la primera lectura de los hechos de los apóstoles, el cómo se vivía aquel espíritu o el acontecimiento de la resurrección. Ciertamente que no olvidemos que estamos en un contexto de la Pascua del Señor.
Él, habiendo resucitado, saluda a sus discípulos la paz con ustedes. Él constituye la asamblea, el pueblo de Dios. Él constituye el cuerpo místico del Señor.
El Papa Francisco dio la vida por los más pobres
El anuncio del resucitado en medio de nosotros y no solamente como anuncio, sino como vida plena y totalmente como símbolo o como signo de anuncio en este mundo, en esta tierra. Que la paz esté con ustedes, no la guerra. Que la comunión esté con ustedes, no la división. Que el amor y no el odio. Que la fraternidad o este espíritu se transmita también aquellos que más lo necesitan. Por eso hermanos creo que nosotros reconocemos también justamente aquellos que se refugian en el Señor o aquellos que propiamente han podido descubrir el amor de Dios o lo que dice y reconocemos que el Señor reina revestido de majestad.
¿Cuál es el anuncio y la síntesis de todo? ¿Cuál es la buena noticia que se nos anuncia? ¿Qué es lo que continuamente el Papa Francisco nos ha estado recalcando? Que el amor de Dios, la misericordia de Dios, su justicia y su paz radican en el amor profundo manifestado en Cristo Jesús. Crucificado, muerto, sepultado, pero que ahora vive. Por eso reconocemos que el Señor reina vestido de majestad.
¿Cuál es la majestad de Dios? El amor, la misericordia, el perdón, la paz, el espíritu del resucitado que se nos concede. Por otro lado, el evangelio que hemos escuchado hoy. Jesús le dice a Nicodemo ustedes tienen que ganarse de lo alto.
Hacer el camino de Santidad del Papa Francisco
Hacía que este espíritu del Señor, esta vida del Señor se plasme en nosotros y nosotros seamos testigos. Si ustedes se dan cuenta se ha estado anunciando total y plenamente durante la cuaresma y también la pascua algo fundamental. Llamados a ser testigos de Jesús nuestro Señor en este mundo.
Ya tenemos a María, las otras mujeres, tenemos a Pedro, a Juan, tenemos los otros apóstoles, tenemos esta comunidad, tenemos nombres y apellidos concretos, historias concretas, vidas concretas, que habiendo creído en el Señor y habiendo visto al Señor y su resurrección se llenan de este espíritu. No sólo que lo anuncian, sino que en realidad viven de este anuncio o viven de este resucitado y del espíritu. Son hombres nuevos, renovados en el espíritu del Señor.
El Papa Francisco un verdadero creyente
Yo diría, hermanos, que en el Papa Francisco se ha cumplido también esta palabra. Un creyente, un discípulo del Señor, se ha hablado mucho del Papa Francisco, yo no he escuchado ni he leído en ningún lugar que hablen del Papa creyente, del discípulo creyente, el seguidor de Jesús creyente, el bautizado creyente, el bautizado parte de esta asamblea cristiana, parte de la iglesia, que propiamente vive total y auténticamente su seguimiento al Señor, cree en el Señor, cree en el Espíritu. Por eso, cuando escuchamos en el Evangelio que le dice a Nicodemo Jesús, te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto.
Ustedes no siempre aceptan este testimonio, sino creen cuando les hablo de las cosas de la tierra. ¿Cómo creerán cuando les hable de las cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el hijo del hombre que está en el cielo. Se refiere a su persona, se refiere a Jesús, se refiere al resucitado presente y el creyente asociado a él, configurado a él, es posible también ser el hijo de Dios.
¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado. Estas palabras de Jesús, este espíritu de Jesús, esta presencia de Jesús, creo que también son transmitidas total y plenamente en el Papa Francisco. ¿Por qué es bello cómo termina el evangelio? ¿Por qué es levantado el hijo del hombre? Para que todos los que creen en él tengan vida eterna.
Los que han creído en él, que tengan vida eterna. Y eso lo deseamos al Papa Francisco. Que goce de la presencia del Señor, de la gloria del Señor, de la vida eterna que él les ha regalado. Y que se cumpla lo que aquello que hace nos ha dicho. Porque buscan entre los muertos al que vive, no está aquí. Ha resucitado, aleluya, aleluya.
Si esto se dice de Jesús, se dice también del Papa Francisco. No busquen entre los muertos al que vive, no está aquí. Ha resucitado, aleluya, aleluya.
Amén.
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