Si nosotros hoy deseamos por el Papa, en esta
festividad de San Pedro y San Pablo, es para que tenga fuerza. Así decía la
primera lectura también, ¿no es cierto? La comunidad frente a las adversidades
y al cautiverio de Pedro, ¿qué es lo que hacía? Orar. Que Dios le dé fortaleza, que Dios lo
anime, que Dios lo libere, lo libere de sus temores, que Dios lo haga realmente
apóstol, anunciador de este Evangelio. Pero si eso decimos de Pedro, decimos
también de Pablo. Que el Señor lo anime, de esta manera el Arzobispo de
Cochabamba se refirió a la figura de los apóstoles pedro y pablo, solemnidad
que la Iglesia Católica a nivel mundial celebra el domingo 29 de junio.
Muchos dicen ¿Por qué el Papa se mete en
política? ¿Por qué y qué tiene que ver con que se pida, por ejemplo, la
mediación para evitar las guerras? ¿Por qué grita continuamente por el cuidado
de la casa común? ¿Por qué habla de aquellos más desvalidos, los cautivos, los
presos? ¿Por qué habla prácticamente de los derechos humanos? ¿Por qué hace un
llamado grande a las autoridades a que conviertan su corazón? Que el camino no
es la violencia. El camino no es la guerra. El camino no es el odio y la
mentira, acotó la autoridad eclesial refiriéndose a la misión del Papa.
HOMILÍA DE MONS.
OSCAR APARICIO
ARZOBISPO DE
COCHABAMBA
DOMINGO 29 DE
JUNIO
Muy amados hermanos y hermanas, el evangelio que
hoy hemos proclamado y escuchado no es la primera vez que lo que lo hacemos,
incluso puede ser que muchos de ustedes ya lo saben perfectamente casi de
memoria, porque es la interpelación justamente de Jesús, que dice ¿Quién dice
la gente que soy yo? Unos Juan Bautista, otros el profeta, pero tú, tú, ¿Quién
dices que soy yo? Tantas veces hemos sido interpelados por esta palabra, por la
palabra de Jesús, también en nuestra existencia, en nuestra vida cristiana,
pero vean que en realidad se subraya hoy más bien y se proclama este evangelio
para ver más bien a Pedro. La respuesta de Pedro, tomando la palabra, Simón
Pedro respondió, tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Es la procesión de fe
de Pedro.
Jesús le dice, feliz de ti Simón hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne, ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Quiere decir por tanto que hay una convocación de parte de Dios mismo. Aquello que acontece, es decir, esta profesión de Pedro está imbuida justamente en Dios Padre.
Desde el cielo. Es algo divino. Es algo que viene
de Dios. No es solamente una intuición. No solamente es porque él ha hecho
científicamente las investigaciones. No es porque sólo y únicamente se deja
llevar por impulsos.
Se trata justamente de una revelación propiamente de Dios mismo, que le hace convencer, que le hace decir, tú eres el Hijo de Dios. Jesús le dice, tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia. ¿Su nombre cuál era? Simón.
Dios está cerca
¿Acaso a Jesús no le ha pasado lo mismo? Y experimenta Pedro que quien lo libera es Dios. Dios le está cercano. Es el Señor el que está cercano.
Por eso en el Salmo decíamos, Él me libró de todos los temores. Qué hermoso Salmo. Yo espero que se sientan identificados también con este Salmo.
No sólo Pedro, no sólo el Papa, sino también nosotros. El Señor me ha librado de todos los temores. Muchas veces clamamos en oración.
En este caso, ¿qué estamos diciendo? Estamos afirmando. Estamos diciendo frente al mundo entero, esto es verdad. El Señor libera de los temores.
El Señor nos salva. El Señor está cerca. El Señor se ha aparecido a mí y a muchos hermanos.
Y el Señor es el que, propiamente, es buena noticia en este mundo. Porque vean que una de las tareas fundamentales de Pedro es anunciar a Jesucristo nuestro Señor. Darlo a conocer a los demás.
Evangelizar. Evidentemente está también todo este aspecto de la comunión. Por eso, siendo el Papa, el Obispo de Roma, el sucesor de Pedro, es propiamente el que tiene esta misión fundamental de unificar, de entrar en comunión a toda la Iglesia.
La Iglesia en su conjunto. Y la muestra de aquello está también en San Pablo. Lo que hemos escuchado en la segunda lectura.
Pablo, Saulo, Petarso, fariseo, joven, apasionado de defender la doctrina judía y entonces perseguidor de los cristianos. Yendo a Damasco, tiene la experiencia que es de zumbado del caballo y se le presenta a Jesús. ¿Quién eres tú, Señor? Soy Jesús al que tú persigues.
Este encuentro personal. Este encuentro con Jesús, su Señor, le cambia absolutamente toda la vida. Es prácticamente venir de un lugar hacia el otro totalmente opuesto. Y también le cambia el Ya no te llamarás Saulo. Ya no te llamarás Saulo. Sino Pablo. No le dice que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Eso es Pedro. Pero le dice, tú anunciarás el Evangelio entre los paganos.
Harás conocer mi Evangelio en todo el mundo. Vean que lo común, lo común por tanto de Pedro y Pablo es que son discípulos del Señor, apóstoles del Señor. Quiere decir enviados por Dios con una misión.
La misión de Jesucristo. A ser presente en este
mundo a Jesús nuestro Señor que libera, que salva, que trae la vida. Por eso la
misión y la función de Pedro y de Pablo es también en este mundo.
La misión de
Jesús
Muchos dicen ¿Por qué el Papa se mete en política? ¿Por qué y qué tiene que ver con que se pida, por ejemplo, la mediación para evitar las guerras? ¿Por qué grita continuamente por el cuidado de la casa común? ¿Por qué habla de aquellos más desvalidos, los cautivos, los presos? ¿Por qué habla prácticamente de los derechos humanos? ¿Por qué hace un llamado grande a las autoridades a que conviertan su corazón? Que el camino no es la violencia. El camino no es la guerra. El camino no es el odio y la mentira.
Y esto no es meterse en política. Es la misión de Jesús. Es la misión del Señor que anuncia la vida, que anuncia el libro de la liberación, que anuncia la paz.
Queridos hermanos y hermanas, que el Señor nos conceda entonces a todos nosotros también entrar en este mismo espíritu. Si nosotros hoy deseamos por el Papa, en esta festividad de San Pedro y San Pablo, es para que tenga fuerza. Así decía la primera lectura también, ¿no es cierto? La comunidad frente a las adversidades y al cautiverio de Pedro, ¿qué es lo que hacía? Orar. Que Dios le dé fortaleza, que Dios lo anime, que Dios lo libere, lo libere de sus temores, que Dios lo haga realmente apóstol, anunciador de este Evangelio. Pero si eso decimos de Pedro, decimos también de Pablo. Que el Señor lo anime.
Una sola cosita muy anecdotaria, yo leyendo, investigando un poquito las cosas, parece que Pedro y Pablo hubieran fallecido por el año 64. Pablo era joven cuando perseguía a los discípulos y después se encuentra con Jesús. Si dice que era joven, habrá tenido 20 años. Joven. Más 64, 84. El martirio de Pablo se presume que ha sido por estos años, a sus 84 años, decapitado.
Quiere decir que toda una vida, toda una vida, Pablo y Pedro, desde ser llamados y encargados en la misión del Señor, han mantenido esta fidelidad al anuncio del Evangelio hasta sufrir el martirio. La tradición dice que también Pedro fue crucificado, pero él quiso ser crucificado para no ser como el maestro, más bien cabeza abajo. Han dado la vida por el Señor, por el Evangelio, por la misión, y han dado la vida también por la Iglesia.
Esta tarde vamos a celebrar esta Eucaristía desde
su lección en sufragio de él. Un hombre que prácticamente ha dedicado su vida
al amor del Evangelio, ha dedicado su vida en su comunidad, sobre todo en Toco,
21 años de estar allí. Alguien que ha sabido hacer conocer a Jesucristo y el
amor profundo a la Iglesia.
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