El Arzobispo de Cochabamba Mons. Oscar Aparicio, durante su homilía dominical realizó la invitación a participar en la celebración de la apertura de la puerta Santa que se realizará mañana lunes 20 de enero: Entonces haremos la procesión, aperturamos la puerta santa de aquí, de la Catedral, para también entrar en este proceso y en este camino de testigos del Señor como Iglesia. Queremos anunciar la esperanza, el amor, la paz, a los pobres, a los desvalidos, a los no creyentes. Queremos anunciar este gran gozo y esta alegría y esta profunda esperanza que queremos vivir, dijo.
El Prelado enfatizó que la apertura de la puerta Santa en nuestra ciudad se realiza en el marco también de la presentación de nuestras prioridades de sínodo arquidiocesano: Y creo que está casado algo fundamental, algo bello. ¿Qué se celebra cada 20 de enero? …
San Sebastián. ¿Quién es San Sebastián?
Nuestro patrón. ¿De quién es? De la Arquidiócesis de Cochabamba, de nosotros,
resaltó
ARZOBISPO DE COCHABAMBA
En este segundo domingo del tiempo ordinario,
en nuestro camino litúrgico, diríamos así, pero también nuestra vida como
testigos del Señor, como cristianos, se nos presenta este acontecimiento de las
bodas de Cana, que participa Jesús, sus discípulos, y la Madre de Jesús. En
realidad ese de ella es la invitada, y también por ende su hijo, y por ende los
discípulos. Después veremos el porqué. También se hace mención de aquello.
Pero vean que en realidad lo que estamos
señalando, lo que se está destacando, es que así como somos partícipes por la
gratuidad de Dios al bautizo suyo, por tanto, nosotros somos bautizados, somos
creyentes. Somos aquellos que, habiendo recibido el bautizo en el Señor,
formamos parte de esta familia, el pueblo de Dios, o el cuerpo místico del
Señor. Después veremos que hay una referencia también en lo que nos dice Pablo.
Pero por el bautizo de Jesús, por tanto recibimos una identidad. Por el bautizo
de Jesús somos constituidos aquellos como una asamblea que deben ser testigos
en este mundo, en medio de nuestra realidad, de este amor de Dios presente en
este mundo.
Y de esto mismo se dice de ti, de mí, de los creyentes, aquellos a los que han sido llamados por el Señor en este bautizo. Pero vean que hoy también se nos invita a participar de aquel otro acontecimiento de las bodas, de las nupcias, de esta relación real y verdadera de Dios y el ser humano. Por tanto, lo que Dios está instaurando, lo que Jesús está instaurando en este mundo no sólo es la identidad de lo que somos nosotros, de lo que es nuestro perfil, diríamos así, hoy como se dicen los jóvenes, nuestro perfil, no sólo soy yo, cristiano, bautizado, creyente, parte de esta familia, sino también se nos implica o se nos hace algo concreto partícipes de la misión del Señor. De hecho, Jesús cuando es bautizado inaugura su misión. Jesús cuando participa en estas bodas de cana ejecuta la misión. Hace acontecimientos también concretos en medio de su pueblo y de este mundo.
No sólo es María la que habita allá, sino Jesús, su hijo. Vean que es referencia linda a que María no es solita, sino más bien parte o es partícipe de esta familia, de este matrimonio, de esta sagrada familia. Y Jesús es invitado. Pero vean la relación. No es invitado solamente solitariamente, sino más bien en esta comunidad. También sus discípulos.
Las Bodas de Caná
¿Qué es lo que está diciendo María? Les falta vino, entusiasmo, espíritu, para que puedan participar real y grandemente de estas bodas. ¿Cuáles son las bodas? Este es el testimonio de aquella boda grande y real. Las bodas de Dios con la humanidad. O lo que se manifiesta en el matrimonio. En el matrimonio sacramento signo del amor de Dios. Jesús es el esposo, la iglesia es la esposa.
Dejarse amar con Dios
En definitiva, en definitiva, estamos llamados a la participación de los amores con Dios. Déjense amar por Dios. Déjense mimar por Dios.
Dejen que el Señor les hable corazón a corazón. Te amo. Me importas tú, me interesas tú.
Lo mejor lo guardo para la eternidad. Vean que no sólo entonces el bautizo, y no sólo es la participación de estas bodas, sino que nos invita aquí, en este mundo, a poder ser testigos de este amor presente en medio nuestro. Queridos hermanos, por tanto, si nosotros somos creyentes, si nosotros llegamos a ser como los discípulos, así Dios manifesta, manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él, si nosotros, bautizados, creemos en Él, renovamos, por tanto, nuestros amores con Él, renovamos nuestro espíritu con Él, pero renovamos nuestra misión también con Él.
Porque hemos sido llamados para ser testigos de este amor en medio de este mundo. Y vean, hermanos, que esto no es un cuento. Quien goza de la presencia de Dios, goza de la paz de Dios.
Quien se siente amado profundamente de Dios, participa este amor a los demás. Quien siente que de verdad, este Dios le da sentido profundo a la vida en su familia personal, y en su familia de iglesia, la puede también comunicar a los otros. Se trata de esto.
Que entre nosotros, que caminamos juntos, se manifiestan también estas bodas. Se manifiesta el amor de Dios. Que en nosotros, a los que se nos han regalado diferentes carismas y formas de ser, no sólo descubrimos que somos parte de una iglesia, sino descubrimos nuestra propia identidad y nuestra propia misión.
Apertura de la puerta Santa
Hemos anunciado que queremos aperturar nuestra puerta santa y aperturar también lo que sea este año jubilar de la esperanza junto a la Iglesia Universal. Queremos hacerlo mañana. Yo había anunciado, cierto, que íbamos a tratar de hacerlo hoy día, pero por la participación de más comunidades y también de los sacerdotes, hemos postergado para mañana. Seis y media nos encontraremos en la plazuela del Granado. Hacemos una pequeña procesión o peregrinación significativa porque es justamente el año jubilar peregrinos de esperanza. Esto queremos anunciar al mundo entero.
Casado, diríamos así, con nuestras prioridades de sínodo arquidiocesano. Y creo que está casado algo fundamental, algo bello. ¿Qué se celebra cada 20 de enero? A ver, ¿Quién es capaz de decirme qué se celebra? ¿Qué memoria? ¿Qué festividad? Algunos ya lo han dicho por lo bajito.
San Sebastián. ¿Quién es San Sebastián? Nuestro patrón. ¿De quién es? Del arquidiócesis de Cochabamba, de nosotros.
No la conocemos bien, ¿cierto? La hemos un poco dejado en el archivo. Pero de verdad, mire que coincide bellamente entonces junto a San Sebastián en esta festividad junto a nuestro patrón queremos entonces aperturar este año jubilar. Que sea pues el Señor que nos ayude.
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